domingo, 24 de noviembre de 2013

Colonia del Sacramento

Destino turistico de fin de semana para muchos bonaerenses Colonia es una joya. A pocos pasos de la terminal fluvial llegamos a la avenida principal y de ahi a pocas cuadras a nuestro hostel.
No esta mal, tiene patio con barbacoa, cocina a la que hemos dado buen uso (bueno, yo no, que por mucho que viaje no me sale la vena cocinera) y un saloncito donde compartir un té con los viajeros.
De camino al hostel nos hizo gracia la cantidad de cochecitos de golf que hay en las calles pues los alquilan para pasar el día a los turistas, se me hace casi automático imaginarlos a todos en ropa de golf buscando el siguiente green :)

Nuestra primera incursión turística ha sido bien corta, hemos comido algo y tras un paseo por el casco histórico para ubicarnos hemos acabado durmiendo una larga siesta.
!Dios mio! !Nos hemos levantado de la siesta al día siguiente! ¿Cómo ha podido suceder?
Bueno, que no cunda el pánico, vamos a tomar un café para lograr ponernos en pie y en marcha.
Efectivamente, tras el café ya estamos listos y mochilita al hombro hemos recorrido toda la costanera hasta la plaza de toros. El paseo ha sido tranquilo y caluroso, las casas son bajas y sus jardines sin muralla tienen vistas al río. !Que maravilla!
No tengo idea de porque no mencionaban en las guías turísticas que Colonia esta plagado de autos clásicos. Hay tantos que no sabes hacia donde mirar.

Uruguay ha resultado ser más caro de lo que pensábamos, así que nos hemos aprovisionado en el super y a cocinar!

Buenísimo, de vez en cuando apetece comida casera de verdad, aunque sean unos macarrones de toda la vida. Nuestros horarios no se rigen por ninguna lógica, estamos llevando una vida de perros (por lo de comer y dormir cuando nos da la gana claro!).
Para hacerse una idea, poco después de comer fuimos a ver la puesta de sol, as íque fue mas una merienda-cena que almuerzo propiamente dicho.



La puesta de sol atrajo a todos los guiris a sentarse "juntos" a esperar.

La espera mereció la pena, tal y como me dijo Ceci, merecía la pena venir. Comenzando por que ni siquiera teníamos Uruguay en nuestros planes, parece que "la casualidad" o el destino nos ha traido aquí y lo estamos disfrutando como nunca.
La guinda a este día soleado la puso el capuccino preparado con cariño y esmero por Daiana en la cafetería Ganache. Uno de esos locales pequeñitos decorado con gusto y con una música que ponía la banda sonora perfecta para cerrar el día.



Pasamos un buen rato degustando el café, intentando resolver los juegos de mesa y charlando con Ernesto & Daiana sobre la vida en Uruguay. Soy de las que piensa que una conversación con los locales te da mejor encuadre sobre la realidad de un país que cualquier periódico que encuentres.
Nos ha encantado el lugar, lástima que "el fin de semana largo" en Argentina ha llenado los hostales para la noche del sábado y este será nuestro último día en Colonia.

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