lunes, 2 de diciembre de 2013

Montevideo

Lo dicho, en Colonia no se podía encontrar ni un hostal de mala muerte donde dormir, asíque nos pusimos rumbo a Montevideo. Reservamos el hostal muy a nuestro estilo, es decir, entrar en booking, ordenar por precio y elegir de entre los mas económicos el que mejor puntuación tenga por los viajeros. Es muy útil leer los comentarios que dejan los demás viajeros, siempre y cuando apliques una propia lógica. Por ejemplo cuando dicen que no hay tele en inglés en las habitaciones o que no hay armario o espejo...Bueno, me encanta leer los "problemas" que tenemos los viajeros del primer mundo, desde luego quiere decir que el hostal está en óptimas condiciones porque si no hay otros comentarios negativos los Burro trip se lanzan de cabeza. En este caso sí había comentario negativo y era el ruido de la calle por estar en una zona de pubs pero el estilo vintage de las fotos y la localización nos llamó la atención y reservamos. El Hotel Splendido, tenía poco de Hotel pero ciertamente tuvo que ser Splendido alguna vez. El edificio estaba en la ciudad vieja, frente al teatro Solis, de techos altisimos y decoración retro te daba la impresión de estar entrando en otra época. Era como estar dentro de "Cuéntame" pero versión uruguayana. Cuando caía la noche la música house te recordaba que en realidad vivimos en el 2013 y la fiesta dura hasta las 6 de la mañana como dios manda. Bueno, no tuve mucho problema con el sueño, siempre he dicho que estoy mas sorda que una tapia ;)




Los días los hemos pasado caminando y visitando algún que otro museo. Lo único que verdaderamente valió la pena fue la visita al Palacio del poder Legislativo. Hablando en plata, donde Pepe Mujica y los suyos trabajan. Costaba 3 dolares y tuvimos mucha suerte porque llegamos a escasos 10 minutos de la última visita guiada. Dicen que es uno de los cinco mejores palacios legislativos del mundo y que la Unesco no los ha considerado para formar parte del Patrimonio de la humanidad por haber realizado obras posteriores al año de construcción y por la instalación de ascensores modernos. Bueno no sé si lo dijo tirándose el farol o no, la verdad es que quita el hipo, es realmente muy bonito.


El otro tesoro de Montevideo es el Teatro Solis, no tanto por la estructura sino por el servicio de visitas guiadas que ofrece. Estábamos ahí paseando mientras escuchábamos las explicaciones de nuestro guía cuando aparecieron 3 actores que nos acompañaron por las distintas salas representando las vidas de una italiana y una gallega que emigraron de su tierra para llegar a Uruguay. Me conmovió.

Cuanto mas tiempo me paso en el sur de américa mas me doy cuenta del destrozo que hicimos los españoles y lo queridos que son los italianos aquí. Diego está en su salsa, normal, a cada paso que damos hubo algo construido o diseñado o pintado por un italiano.
La mala suerte la tuvimos con el tiempo que estuvo feo e incluso lloviendo, cancelamos la visita a punta del este y le decimos adios a nuestro bronceado que ya sabía yo que no me iba a durar mucho.


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