Ya la llegada a la estación fue una gozada, 30 grados de temperatura, sol y el hostal a dos cuadras de la estación. El primer día visitamos la presa de Itaipu, que se construyó sobre el río Paraná por una sociedad a medias entre Brasil y Paraguay. Viendo el caudal de agua salir por las turbinas pensaba "que lástima que no lo he visto antes en Megaconstrucciones", para que dos días mas tarde en el lado argentino estuvieran pasando en Discovery channel un reportaje sobre la presa en el lobby del hotel.
Para comer nos fuimos a un bufet de churrasco, si alguien no lo ha probado creo que hay uno en Torremolinos que merece la pena. Nosotros tuvimos que pasarnos la tarde caminando por la ciudad para poder bajar la comida y aun así a la mañana siguiente todavia estabamos llenos. Que barbaridad, cuanto se puede llegar a comer de una sentada!
La cara de Diego lo dice todo
La mañana siguiente nos pusimos camino a las cataratas, 1200 mts de recorrido frente a una de las cataratas mas imponentes del mundo. Me gustó el paseo pero no estaba especialmente entusiasmada. Pensaba para mi, "pues vaya ¿esto es todo?" Es que me supo a poco, el recorrido era bastante corto.
Al salir pasamos un rato en el jardín de las aves, tucanes, colibrís, mariposas, todo al alcance de tu mano. Y también de tus pies, porque una cría de no se que pajarraco me picó el dedo del pie !que susto!
Una noche mas en el lado brasileño con super pizza típica del lugar (200 kilos de ingredientes, borde relleno de queso y mozzarella como para cubrir 10 platos de pasta).
Otra vez a caminar todo el pueblo antes de dormir, el problema es que había tantos puestos de helados que al final acabamos picando. !Así no hay quien viva! :-)
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