Lo primero es lo primero, conectarme al wifi gratuito de la terminal para enviar un mensaje sorpresa a la familia con las instrucciones de donde buscar su regalo de reyes. Lo habíamos "escondido" entre las cajas de nuestra mudanza a mediados de septiembre. !Misión cumplida! ahora a sellar el pasaporte y reencontrarnos con los amigos.
Tomando un café con Ahmed que quiso probar el peso de mi maleta (flipo)
Cenamos en Arab street en un restaurante libanes junto con Paola y Duncan que nos estaban alojando en nuestra fugaz visita a la ciudad. Después abrimos bien la boca para evitar que se nos taponasen los oídos mientras subíamos al rascacielos mas alto de Singapur. En la terraza del One raffles un pub con las mejores vistas de marina bay y del resto de la ciudad. Una lastima que estuviese nublado, mi Singapore sling (cocktail de la ciudad) no defraudó.
Las vistas desde One raffles
Diego con un poco de vértigo en mitad de la terraza
Yo pletórica con mi singapore sling
Las vistas
Equipo de finanzas de Maersk Line
No quería despedirme de ellos tan rápidamente (bueno, rápido rápido no, que nos pasamos un par de horas sentados a la mesa) y subí a la oficina a saludar a los demás. No había casi nadie así que fue bastante rápido. Que raro es volver al lugar donde viví tan estresada y sentir total y absoluto relax al ver al jefe de la oficina venir a saludarme.
Una vez abajo, nos pusimos en marcha camino a Marina Bay. En los cinco meses que viví aquí nunca me hice la típica foto con el Merlion, emblema de la ciudad.
Lo que no recordaba es la humedad y el calor sofocante cuando caminas por la ciudad....
No perdón, esta no es la foto típica con el merlion...
Esta es la genuina y tipica! jajaj
Se acabó, son las seis de la tarde y nos tenemos que ir al aeropuerto. Me arrepiento de no habernos quedado un par de días mas, lo que tengo claro es que volveremos.
!Hasta pronto Singapur!
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