sábado, 18 de enero de 2014

Indonesia segunda parte

El itinerario a seguir en Indonesia incluía un poco de todo, días en los campos de arroz en Ubud, días de playa en las islas Gili y días de total sorpresa en Lombok pues poco sabíamos de la isla y aun así decidimos ir.
Salimos del hotel a las 7 de la mañana en un transfer junto con otros pasajeros al puerto de Padang desde donde cogeríamos el fast boat a las islas Gili. La paranoia  se apoderó de mí cuando nos pidieron que dejásemos las maletas en un carrito junto a la oficina de venta de tickets para llevárselo mas tarde hacia el embarcadero donde no teníamos contacto visual. No es que yo sea muy apretá, es que la última vez que pasó algo parecido nos desbarataron la maleta de arriba a abajo buscando algo susceptible de ser robado mientras nosotros felices e inocentes pasábamos horas en la sala de pasajeros de un catamarán en Tailandia. Así que allá que me fui detrás del carrito mientras todos los pasajeros esperaban en la oficina. Los vi adentrarse en el muelle y descargar mi maleta en el barco, ya al barco en sí no podía meterme a vigilar (que de haber podido lo habría hecho sin duda) así que al canjear nuestro cupón por el ticket del barco les pedí una fotocopia del voucher por si las moscas. Un indonesiano al lado mía se reía...
Poco después nos dirigieron a todos al barco y tras constatar el microclima existente allí dentro y el número de personas presentes decidí que lo mejor sería biodramina y dormir.
Me desperté cuando nos estábamos acercando a Gili trawangan, la mas grande de tres islas turísticas entre Bali y Lombok, también la mas fiestera. Se bajaron practicamente todos los pasajeros y los pocos que quedamos abordo (3 rusos, dos franceses y nosotros) nos mirábamos con cara de... ¿Y si nos hemos equivocado de destino?
Una vez descargaron las maletas una avalancha humana sudorosa y achicharrada subió al barco pues tras desembarcarnos a nosotros en Gili Air volverían a Bali. El desembarque fue de película, el barco se acercó tanto a la arena como para quedar encallado, nos hicieron subir por el techo de la embarcación, bajar por el cristal delantero y añadieron un banco de madera para salvaguardar la distancia entre el barco y la arena. Por supuestisimo justo cuando yo bajé llegó la ola y me mojo hasta las rodillas, por suerte para aquel entonces ya me había quitado las zapatillas antes de intentar bajar.
Gili Air es la segunda en tamaño y mas próxima a Lombok, en cualquiera de las tres islas está prohibido el tráfico así que las opciones eran ir caminando en búsqueda de nuestro hotel o alquilar un burro-taxi. Nos pidieron una cifra desproporcionada y valorando que tan solo se tardan 45 min en completar la vuelta a la isla por la costa decidimos caminar. Para cuando habíamos llegado al Satu Tiga Hotel la camiseta ya formaba parte de nuestra piel, estábamos totalmente rojos y la ducha de agua salada en el baño del hotel no otorgaba descanso mental.

La piscina del hotel estaba verde, el jardín abandonado, los baños totalmente arruinados por el agua salada que salía del grifo y la habitación de paredes sucias con mosquitos por todas partes... Sí, creo que estamos en una isla salvaje :-)
Los tres días en Gili los pasamos entre hamacas, restaurantes y chill-out. Incluso nos permitimos lujos que en España serían impensables para mi mente ahorradora (o tacaña, según se mire).
He descubierto todo tipo de zumos de frutas, daiquiris y cocteles exóticos a 1,75 eur la copa. Hemos comido Nasi goreng y mie goreng (platos típicos indonesianos) hasta reventar, pollo al curry y saté en cantidades industriales, nos hemos bañado mas veces en el mar que el resto de nuestras vidas (agua caliente) y aún así no hemos superado los 35 eur por persona incluyendo el alojamiento!!! No entiendo nada, no sé como puede ser tan barato, me siento una koplowitz de veraneo.
Puesta de sol desde el chiringuito


Daiquiri de papaya !buenisimo!

Cena con vistas


En una de las vueltas que le dimos a la isla vimos un par de terrenos en venta y nos perdimos en charlas sobre negocios de hostelería imaginarios que montaríamos para vivir en este pedacito de tierra en mitad del sur este asiático.

El viaje a Lombok lo contratamos el día antes por 75,000 rupias (4,5 eur!!!), incluía transporte en barco hasta la costa y transfer a Senggigi que era donde habíamos reservado el próximo hostal. Lo sé, nos lo habían avisado que por eso precio iríamos con los locales en el "shuttle" de la mañana. No sé quien habrá sido el gracioso de llamar "shuttle" a lo que llamamos nosotros patera. Me sentía totalmente una inmigrante cruzando en condiciones de alto riesgo aquel mar agitado por las olas que daban la impresión de estar apunto de entrar en la barquita y mojarnos a todos. No solo yo tenía esta impresión, no había mas que mirar las caras de los turistas con los ojos como platos pensando "ni de coña vuelvo a Bali en esto!!"
Tocamos tierra y me faltó tiempo para saltar fuera, nos subieron en un burro taxi y nos llevaron a una "terminal" de autobuses. Allí no había terminal, ni autobuses ni nada, una pequeña plataforma con techo donde había otros tres turistas y un indonesiano que no daba muchas mas explicaciones que "ahora llega vuestro transfer". Después de unos meneos sospechosos de papeles, llamadas telefonicas, indonesiano que viene, indonesiano que va nos vimos los dos solos, sin copia alguna de nuestro voucher en mitad de la explanada polvorienta a la que ellos llamaban terminal. ¿Y ahora que hacemos? Que nos dejaran allí ni me extrañaba, por 4,5 eur no se podía pedir mucho mas y con lo piratas que son estos... La única duda que se nos planteaba era ¿Y cuanto tiempo vamos a estar aquí como dos pasmarotes mirandonos las caras? Nos pusimos un limite de espera de 20 min, pasados los cuales iríamos a buscarnos la vida a la carretera principal.
Para darnos una bofetada sin mano apareció una furgoneta que se caía a pedazos y que ya llevaba otros guiris dentro en la que nos embutieron para dirigirnos hasta el destino final. Por el camino hablamos con un australiano que había pagado 15 eur solo por el barco. Pobre, ni siquiera le dijimos cuanto habíamos pagado nosotros para que no se sintiera mal. Estaba claro que había que estar espabilado en las negociaciones que estos de Lombok no se andan con tonterías.
Por un simple euro un taxista nos acerco desde el centro de Senggigi (una calle con dos cajeros y tres restaurantes) a nuestro bungalow donde sin saberlo nos darían una clase magistral de cultura indonesiana.
Cajeros con aire acondicionado incorporado
Sacando los barcos del agua para evitar que se golpeen unos con otros con el temporal que se avecinaba

Admirando la puesta de sol 


El tiempo no acompañaba estos días, la playa frente al hostal tenía unas olas que daban miedo y aunque la temperatura era buena estaba siempre nublado e incluso lloviendo. Como no nos apetecía salir pedimos la cena en recepción (recepción/comedor/sala de estar/ cocina) y nos sentamos a esperar. A los dos minutos teníamos a todos los empleados del hotel (tres) sentados frente a nosotros contándonos su vida.
Que puedo decir, me gusto mucho la cercanía y el ambiente, sentados al anochecer bajo el techo de recepción charlando sobre nuestras culturas, nuestros empleos, nuestras familias....
El 90% de los habitantes de Lombok son musulmanes, seguidos de hindús, protestantes, católicos, budistas y desde hace solo unos años confucionistas. Se muestran orgullosos del clima pacífico mantenido entre religiones en la isla que parece no ser lo común pues en el resto de indonesia los conflictos entre religiones son el pan de cada día. Viven del turismo y la agricultura, en un país corrupto en el que para conseguir un puesto de trabajo debes pagar por él, ellos pueden sentirse privilegiados de trabajar en un albergue informal. Una de las cosas que me dejaron sin habla fue el matrimonio en Lombok. Según sus leyes, cualquier mujer mayor de 17 años es eligible para ser desposada y lo será solo después de las 19:00. Horario tras el cual es totalmente lícito entrar en su casa y raptarla. Nada tiene que decir ella o su familia respecto a este rapto porque "es legal" hacerlo y absolutamente normal. Es decir, que sí vuelves a casa a las 22:00 y tu hija adolescente no está, lo mas probable es que haya venido algún hombre a llevársela para casarse con ella.
Me quede atónita mirandolos cuando además añadieron que el varón tiene derecho a tener cuantas esposas quiera. Por si fuera poco me dicen con toda sinceridad que para ellos tener una hija no es igual de importante que tener un hijo, que no los mal interprete, quieren a sus hijas, pero no son su "verdadera estirpe". Yo estaba ya noqueada desde hacía varios round, ¿que clase de dialogo racional se puede tener entre una defensora de los derechos de la mujer y una sociedad donde la mujer no tiene voz ni voto en su casamiento?
Eramos pocos y parió la abuela, apareció por allí Laurent, un Suizo que está casado con una indonesiana y pasa sus vacaciones en la isla. Ademas como es amigo de los empleados de nuestro albergue viene todas las noches a charlar con ellos. Se unió a la extraña reunión que manteníamos y mi primera pregunta fue ¿Tu también secuestraste a tu novia?
Se rió y me dijo que no .... su novia era de la isla de Java y allí no se estilaba eso. Allí simplemente se "compra" a la esposa en una transacción puramente comercial entre la familia de ella y el interesado. Nos confesó que pagó 1700 dolares por ella.
¿Que hago? ¿Me corto las venas aquí directamente o que?
No es lo mismo ver la cultura indonesiana desde la comodidad de tu sofá en un reportaje del national geographic que oirlo en vivo y en directo desde una pequeña isla de asia. Pues si, el mundo es muy diverso y lo que unos consideran atrocidades para otros esta a la orden del día. Da mucho que pensar...
Para no aburrirnos con el tiempo contratamos un conductor para que nos llevase a visitar varios puntos importantes de la isla. Resultó ser un fraude, el conductor que nos llevó no hablaba ni pizca de inglés (y rememoro la cara de santo que me puso el recepcionista del albergue diciendome "si señora, le aseguro que todos nuestros conductores hablan perfectamente inglés, de lo contrario no se lo recomendaría"), el paisaje era desolador (basura, pobreza, carreteras a ninguna parte, tráfico imposible) y los templos a los que nos llevaba nada del otro mundo.

A mediodía comiendo frente a la costa de Kuta pensabamos en lo que echabamos de menos volver a Bali y al mundo "occidental" aunque solo fuese el efecto irreal del turismo masivo sobre el mismo país. No es la única diferencia entre Bali y Lombok, en Bali la religión mayoritaria es el hinduismo, los templos y puntos turísticos abundan y la sensación de seguridad encontrando a turistas a cada paso es mucho mayor que aquí.
Deseando hacerse la foto nos sonreían desde lejos

La hamaca ultimo modelo

Modelo improvisado

Las últimas dos paradas del tour eran para visitar poblados tradicionales. Llegamos al pueblo de Sukarara, justo a la entrada una zona de aparcamientos y una tienda. Un representante del pueblo vino a recibirnos para enseñarnos a que se dedicaban, donde y como vivían. Nos hicieron pasar por una puerta al costado de la tienda y allí mismo en una explanada con varios arboles tenían sus casas de bambú. Los hombres se dedican al cultivo y las mujeres a tejer, ambas profesiones se enseñan desde muy pequeños a los niños del poblado para que sigan la tradición. Las condiciones de salubridad eran mínimas, el suelo encharcado de un liquido bastante sospechoso, jaulas con palomas o gallos dentro de las casas, niños pseudo desnudos corriendo arriba y abajo y muchos desperdicios y basura en general alrededor. Mientras el guía nos explicaba como preparaban los hilos para el proceso de tejido, como se organiza la población o cuales son sus recursos para subsistir a mi no se me quitaba la imagen de la cabeza de esos niños sin futuro que son obligados a dejar de atender la escuela para desempeñar labores manuales que serán el único destino que les ampare. Cuando el tipo trataba de darnos pena diciendo que con la compra de tejidos de los turistas pueden sufragar parte de sus gastos y apoyar la economía local me revelé. Le pregunté con una sonrisa si no creía que evitando que los niños vayan a la escuela no conseguirá un mejor futuro para ellos sino permanecer en el poblado en pésimas condiciones. Obviamente se enfadó mucho y empezó a decirnos que la corrupción del país no les asegura un puesto de trabajo ni aun cuando tienen estudios. Una vez terminado el recorrido fuimos a la parte que les interesa a ellos, la venta (o timo/venta) de sus productos artesanales. No les compramos nada porque simplemente no nos interesaba, le dimos una propina (10% del salario medio) y nos fuimos. Todavía me enfado de pensar en la tele de plasma que vi en la trastienda, los coches aparcados en la puerta o el aire acondicionado instalado también en la trastienda. Para educar a sus hijos no hay dinero, para ver la telenovela pueden hacer el esfuerzo.




Después de este fuimos al poblado de Sasak, una gran familia de 700 habitantes que han permanecido durante 15 generaciones viviendo de sus propios recursos y casándose con miembros del mismo poblado. Tienen un sentimiento de comunidad muy fuerte, se ayudan por igual, tienen lengua y religión propia y sus casas son mas ordenadas y limpias que las que acabábamos de ver. Eso sí, lo de casamiento por secuestro sigue en vigor y las condiciones de pobreza te parten el alma. Había pocas personas en sus calles porque la mayoría se encontraban trabajando, tan solo algunas vendedoras y abuelitas que daban bastante miedo con sus dientes rojos. Parece ser que mastican unas hojas que no solo les tiñen la dentadura sino que les dan energía y las mantiene despiertas.
Me parecían en general bastante ordenados y felices en su pequeño poblado familiar, además hasta la fecha no se habían dado casos de abandono de la aldea. Simplemente impresionante.
En una de las calles de Sasak

Tipica vivienda, el suelo hecho de cascara de arroz, barro y encerado mensualmente con "caca de vaca"
Ahi dormía el hombre de la casa y arriba la mujer y los niños.


El único juguete que vimos en el poblado

Las abuelitas

No sé, llamadme tiquismiquis, es que a mi lo de ser raptada no me va y no veo el momento de volver a Bali.
Hemos tenido que comprar un ticket de avión porque han cancelado el servicio de fast boat por mal tiempo. Esperábamos un ryanair de la vida y en vez que eso hemos encontrado un avión a hélice super bien equipado con servicio abordo de snacks gratuitos y confort general por menos de 20 eur por cabeza.

Lo mas llamativo es que hemos subido al avión sin enseñar ni una sola identificación personal, con una botella de agua hasta arriba y saliendo y entrando de la zona de embarque al exterior cuantas veces quisieras. Parece ser que hemos compartido vuelo con un chef famoso en la isla, los "enguipé" (del sinónimo andaluz de mirar u observar) en la sala de espera y al subir al avión y abrir la revista de abordo allí estaban a toda pagina. Una entrevista personal al chef Kevin Cherkas y su mujer Virginia Entizne, dueños del recién abierto restaurante Cuca. Quién sabe, quizás en un par de años le den una estrella michelín y todo.

Para cerrar unas vacaciones dentro de las vacaciones hemos reservado un hotel en Sanur a todo lujo. Una Suite con jacuzzi, mas grande que nuestro antiguo piso entero por la friolera de ....50 eur la noche! !!Me encanta Indonesia! jajajaja
!Al agua patos!


Así que tres días de piscina intensivos, happy hours y cenas a la luz de las velas. Nos miramos pensamos en lo que habíamos imaginado 10 años atrás que estaríamos haciendo ahora y dar la vuelta al mundo casados por el mismísimo Elvis en Las Vegas ni se nos habría pasado por la cabeza! !Nos encanta!
El domingo ponemos rumbo a Camboya, donde un calor abrasador y horas de templos nos esperan así que seguiremos reponiendo fuerzas a base de daiquiri y pizza. Ciao ciaooo

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